Forman parte de nuestro paisaje. Pero estamos tan acostumbrados a verlas sobrevolar nuestros pueblos durante la primavera y el verano que apenas advertimos su benigna presencia. Son las golondrinas, los vencejos y los aviones, aves insectívoras que viven en nuestros pueblos, recorren nuestros cielos y ayudan a mantener a raya a muchas plagas. Conócelas mejor y ¡anímate a protegerlas!
Golondrinas, vencejos y aviones forman parte de nuestro patrimonio natural. No es un patrimonio exclusivo de Tierra Bobal, ni mucho menos, pero sí un valor que necesitamos conocer mejor, apreciar y proteger. Porque sus poblaciones comienzan a disminuir seriamente. Y eso debería preocuparnos.
¿Por qué? Porque estas aves con las que compartimos tanto los terrenos de cultivo como el espacio de nuestros pueblos y ciudades nos sirven como eficaces controladores de plagas. ¿Cómo lo hacen? En su volar, van atrapando moscas y mosquitos, pulgones, escarabajos de pequeño tamaño, hormigas aladas y otros muchos insectos voladores que constituyen su dieta y la de sus crías. Según SEO-Birdlife una sola golondrina consume 850 insectos cada día.
Y es que hablamos de criaturas que, hace miles de años, fueron habitantes de las sierras y los roquedos. Pero desde que el ser humano se asentó y comenzó a practicar la agricultura, se trasladaron a vivir en nuestros mismos asentamientos. Ellas aprovechan nuestros edificios para anidar. Nosotros, su capacidad para devorar insectos.
Hagamos un repaso de esta avifauna con ayuda del naturalista Javier Armero, de la delegación comarcal en Requena-Utiel de la Societat Valenciana d’Ornitologia.
Nuestros vecinos insectívoros
Comencemos por las poéticas golondrinas (¿quién no recuerda la rima de Bécquer?) aves que, de toda la familia, prefieren antes el campo que el pueblo. Las has visto sobrevolando los cultivos y descansando en los cables eléctricos, ¿verdad? Pues has de saber que en Tierra Bobal podemos encontrar dos especies: la dáurica y la común.
- La golondrina dáurica es poco conocida. “Primero porque es poco numerosa, pero, sobre todo, porque elige espacios agrarios para vivir lejos de los núcleos urbanos”, comenta nuestro ornitólogo. Y añade como dato curioso que esta especie construye sus nidos de barro (con forma de bota de vino) en puentes, dentro pasos los subterráneos de las carreteras o en casas de labor abandonadas.
- A la golondrina común, en cambio, la podemos ver con facilidad en campos y huertas y, siempre que pueden, construyen sus nidos, que tienen forma de cuenco, en espacios bien abrigados como corrales, patios, terrazas o porches.
- Ya en territorio urbano tenemos el avión común, muy parecido a la golondrina, pero de tamaño inferior. Su cola también tiene forma de horquilla, pero de menor tamaño que la de sus parientes y lo distinguirás porque tiene una franja blanca justo antes de la cola que los técnicos llaman obispillo. El avión cría en todos los núcleos habitados de Tierra Bobal y has visto muchas veces sus nidos. Suelen estar en loa aleros de tejados y tienen una forma semiesférica.
- Avanzando en la lista tenemos al vencejo común, la más asombrosa criatura del aire, un animal capaz de cazar, comer e incluso dormir en vuelo. Porque los vencejos solo se posan para criar, lo que implica que pueden pasar diez meses sin tocar tierra. Y, a diferencia de las aves que antes repasábamos, estas no construyen nidos, sino que buscan huecos en los edificios para depositar en ellos sus huevos.
- Por último, tenemos al vencejo pálido, una especie que está en nuestra lista desde hace poco, como nos indica Armero. “Es un ave propia de zonas costeras y, después de avistar algunos ejemplares, hicimos un censo en 2015. Entonces contabilizamos hasta 90 parejas en el casco urbano de Requena, mayoritariamente en La Villa, en Las Peñas y algún sector del Arrabal”. A falta de actualización, el ornitólogo sospecha que en la comarca, su presencia ya es una realidad consolidada. Curiosamente, este es un ave que hace dos puestas cada año y su presencia entre nosotros se alarga hasta bien entrado octubre.
Su protección es también tu responsabilidad
Así son nuestros vecinos: elegantes, asombrosos y prácticos para nosotros. Y sin embargo, su futuro no está asegurado, observándose una seria reducción de la poblaciones de estas aves en los últimos años. La presencia de pesticidas en el campo, la eliminación de espacios en los que podrían anidar y la destrucción de los nidos ya construidos son sus peores enemigos.
Estas son algunas recomendaciones si quieres contribuir a que nuestros vecinos del aire mantengan una población saludable:
- Ante todo, jamás destruyas un nido de estas aves. Primero porque esa acción está penada. Y sobre todo porque estarás impidiendo que todos, aves y seres humanos, vivamos un poco mejor.
- Si vas a hacer una reparación en la estructura de tu casa, recuerda que los vencejos no hacen nido, sino que buscan rendijas en edificaciones para depositar los huevos ahí. Así que, no te obsesiones por tapar todos los huecos que haya en la fachada o la cubierta. Coméntalo con tu equipo técnico y deja aquellos que no supongan un riesgo para el edificio. Una nidada de vencejos no va a provocar goteras ni la caída de tejas.
- ¿Llegó una pareja de aviones o golondrinas a construir su nido bajo el alero de tu tejado? ¡Enhorabuena! Tú y tu familia pelearéis mucho menos con moscas y mosquitos en verano. Si temes que su presencia ensucie la fachada, te recomendamos que pongas una bandeja debajo del nido (o una simple maderita) para evitar manchas en la pared. Se quita cada dos años, se limpia y se vuelve a poner. Lo hacen amantes de la naturaleza, instituciones y grandes empresas. ¿Y tú no?
- ¿Quieres hacer algo más por tus vecinos del aire? Si quieres tener cerca estos fabulosos antimosquitos, ayúdales a construir su casa en cuanto los veas cerca. ¿Cómo? Un poco de barro cerca es algo simple de conseguir para ti. Y para ellos será una colaboración perfecta.
- ¿Buscas el nivel top en el amor por estas aves? Entonces, coloca nidos artificiales para aviones, golondrinas y vencejos. Los venden ya construidos en arcilla (aviones y golondrinas) o en forma de caja con materiales tanto sintéticos como naturales (vencejos).
Y más allá de las iniciativas particulares, la delegación comarcal de la Societat Valenciana d’Ornitologia está impulsando propuestas para que las ordenanzas municipales de nuestros pueblos ayuden a conservar y mejorar las poblaciones de nuestros hermosos y prácticos vecinos del cielo.