Este tramo final de 2023 ha servido para confirmar que nuestro Territorio utiliza cada vez más su patrimonio como tema central en fiestas y actividades. Además del Tierra Bobal Fest del que ya hablamos en nuestro anterior número, hay otras muchas actividades que invita a que la ciudadanía local reconozca y aprecie mejor los valores del entorno. Y para quienes nos visitan, suponen una aproximación más profunda y calmada a nuestra tierra.
Estas fueron algunas de las propuestas que pudimos disfrutar:
- El patrimonio que supone tener un cielo limpio de contaminación lumínica permitió por segundo año consecutivo que la marca turística de la comarca, Tierra Bobal, lanzara su Circuito Starlight para observar el cielo nocturno con telescopios. Todo ello, de la mano de monitores de la Asociación Valenciana de Astronomía que hacen más atractiva esta actividad gratuita. Se inició los primeros días de agosto en Venta del Moro y se prolongó hasta finales de octubre en el yacimiento de Kelin (en Caudete de las Fuentes) pasando por diversas localidades y convocando a decenas de personas de todas las edades que han podido iniciarse en la observación de las estrellas.
- El patrimonio enogastronómico, por su parte, fue protagonista por tercer año consecutivo de la feria Saborea Fuenterrobles, un evento convertido ya en referente en toda la comarca para celebrar la tradición del buen comer y el buen beber de nuestra tierra. Y en Sinarcas, el Hue-vin celebró este verano su segunda edición fusionando el vino local y la gastronomía en torno al huevo con la cultura y la música en directo. Ya entrado el otoño, a finales de octubre, fue el momento de le Feria Utiel Gastronómica.
- Y, como referente comarcal que este año llegaba a su edición número 31, el patrimonio enológico impulsado por Ferevin, la Feria Requenense del Vino. Este es un evento de obligada visita para disfrutar del buen hacer de un pueblo, Requena, que ofrece cada año lo mejor de su territorio y sus bodegas cuando aprieta el calor, en pleno mes de agosto. Y cuando el otoño estaba en su apogeo, pudimos disfrutar de la feria de Utiel Jaleo con la DO que ofreció el primer fin de semana de noviembre música y vinos del pueblo.
En resumen: mucha autenticidad de la que presumir y con la que celebrar esta tierra.
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